lunes, noviembre 09, 2009

Alas de Mariposa

El presidenciable más mediático de todos, tiene convencidos a los que dicen que viven con los pies en la tierra con un par de frases. Les habla con cifras, promesas de seguridad, de abundancia, de control y caen rendidos. No hay pensamiento, mucho menos inteligencia. Dos más dos, son cuatro y eso el presidenciable, lo maneja bien. La derecha jamás ha tenido horizonte y eso, todos lo sabemos.

En la mañana lo vi en la tele, con micrófono en mano mientras hablaba, se mecía de izquierda a derecha pronunciando sus frases de impulso, como niño que repasa el dictado que no puede memorizar. Prometía un cambio y un gobierno comprometido con los pobres. El modelo económico no contabiliza a los pobres a no ser que sea a través de la caridad, o como panfleto electoral, que no son técnicamente actitudes de voluntad política.

Las frases que el presidenciable repite cada vez que puede, cualquiera podría decirlas y quedaría bien plantado a los ojos de los entusiastas pro cambio que creen que piensan el mundo, pero si lo intentan -como primer estadio- traen a la memoria un poema infantil.

El punto es: hoy el mundo es complejo y sutil, vertiginoso y alambicado, expansivo y sofisticado. Hay mucho que integrar. Por primera vez dos más dos da un resultado cuántico: vivimos el tsunami creado por el batir de las alas de una mariposa. La lección podría ser: conciencia, pero no alcanzamos a darnos cuenta que la fórmula de dos toneladas transportando apenas a cincuenta y dos kilos en nuestras flamantes carreteras, se repite al infinito. Eso a mi modo de ver es una crisálida a punto de reventar. Y ya un violento revoloteo es que unos pocos se repartan la torta y que millones lleguen tarde a todo.

¿Qué exigimos del cerebro de alguien que en teoría nos representa para tomar decisiones políticas importantes? ¿Nos conformaríamos con sofismas de seguridad ciudadana o por el contrario exigimos seriedad?¿Nos tranquilizaría la promesa del cierre de la puerta giratoria en los tribunales o reivindicamos nuestra decencia exigiendo reflexión y postura frente al robo legal de los bancos o del Estado con subsidios de viviendas sobrevaloradas? ¿Cómo internaliza nuestro cerebro las espurias rencillas de comunicadores que subestiman la inteligencia?

A la hora de justificar discursos, eres un número que engrosa fundamentos. Estás activamente involucrado.

Qué pensamos de la perorata simplista de alguien que le habla a las masas, que rebaja el derecho a la belleza con sus fotos en formatos gigantes que impiden ver la cordillera, que succiona la energía de los medios de comunicación con vacíos irreparables y niega los verdaderos focos de conciencia con el desparpajo y prepotencia de un mediocre que jamás vería mariposas batir alas frenéticamente, frente a sus narices.

Les propongo ver a través del agua, pararse en la torre de control, arrojarlos a todos sobre una mesa de luz y descifrar, sin antipatías personales, qué están diciendo y para qué, los que van por el poder.

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En el trópico de la escasez, ningún negocio supera al viento.