La Política de los Artistas.
Estas elecciones ha sido evidente el equívoco. Los que parecen y se mueven como si fueran de izquierda; compradores compulsivos de obras de arte, amigos de pintores, asiduos asistentes a obras de teatro en el centro Mori del Parque Arauco, dueños de galerías, inversionistas de arte. Personas que parecen haber internalizado, como un hobby, de pronto cultural, esta modalidad en las conversaciones sociales, pero que no entienden de qué se trata porque el arte es una forma de vida más allá de adquirir el museo o el artista con taller y todo.
Hasta ahora se respiraba cierta armonía, estaban siendo parte del paisaje, por un momento histórico esta vieja dicotomía se hacía invisible en el contexto del arte. Pero a medida que se acerca la fecha electoral, los simpatizantes de la derecha comienzan a revelar sus opciones. Es entonces cuando algunos personajes se caen del precipicio sin posibilidad de salvación. De aquí en adelante me costará ver una película con Luciano Cruz Coque y menos leer algo de Rosasco (tampoco antes).
Creo que los artistas que apoyan a la derecha deberían replantearse el oficio. No es lo mismo escribir para escalar los peldaños de la ardua carrera literaria o pintar para la galería de la esquina de la casa, que ser un artista atravesado por su sensibilidad, sin contemplaciones, que siente que el arte es su modus vivendi y no lo separa de su alma porque no puede. El arte es un acto democrático de expansión de sentido y no de constricción. Por eso, jamás existieron artistas que apoyaran la dictadura militar y jamás un artista podrá ser de derecha.